Los mitos radiológicos son una serie de prácticas médicas basadas en creencias y que suelen asumirse como si fueran verdaderas. En un mundo globalizado donde es facil decir y difundir cualquier información creo que es pertinente que los profesionales de la salud podamos emitir nuestra opinion al respecto.
Mitos Radiológicos – #1: El ecosonograma es igual que la mamografía para evaluar la mamá
Una de las creencias más comunes en la radiología moderna es que el ecosonograma, también conocido como ultrasonido mamario, es equivalente a la mamografía para la evaluación del tejido mamario. Sin embargo, esta percepción es incorrecta. Aunque ambos métodos son herramientas valiosas en la detección y diagnóstico de enfermedades mamarias, sus aplicaciones y capacidades difieren significativamente.
La mamografía es una técnica de imagen que utiliza rayos X para crear imágenes detalladas del interior de la mama. Esta herramienta es ampliamente reconocida por su capacidad para detectar microcalcificaciones y otras anomalías que podrían indicar la presencia de cáncer de mama en sus etapas iniciales. La mamografía ha demostrado ser eficaz en reducir las tasas de mortalidad por cáncer de mama mediante la detección temprana, permitiendo así un tratamiento oportuno y efectivo.
Por otro lado, el ultrasonido mamario utiliza ondas sonoras para producir imágenes del tejido mamario. Aunque es una técnica no invasiva y no utiliza radiación, el ultrasonido tiene limitaciones en comparación con la mamografía. Es particularmente útil para evaluar áreas específicas de interés identificadas en una mamografía o en un examen físico. Además, el ultrasonido es más eficaz en la diferenciación entre masas sólidas y líquidas, y es una herramienta complementaria ideal para mujeres con mamas densas, donde la mamografía puede resultar menos efectiva.
Es importante destacar que el ultrasonido no puede reemplazar a la mamografía en la detección temprana del cáncer de mama. La mamografía sigue siendo la herramienta estándar de oro para el cribado poblacional debido a su capacidad para detectar lesiones en fases muy tempranas, incluso antes de que sean palpables o sintomáticas. El ultrasonido, si bien es valioso, debe considerarse una herramienta complementaria que proporciona información adicional en casos específicos.
En mujeres jovenes con mamas particularmente densas, la mamografía rara vez esta indicada y solamente en estos casos el ultrasonido puede ser considerado el estudio inicial. Recordemos que el objetivo primordial de la evaluación mamaria es descartar la presencia de cáncer de mama.
Mitos Radiológicos – #2: El diagnóstico de «arenilla renal» por ultrasonido
La arenilla renal, también conocida como microlitiasis renal, consiste en pequeños cristales que se forman en los riñones. Estos cristales son el resultado de la precipitación de minerales y sales en la orina, y pueden variar en tamaño, desde partículas microscópicas hasta fragmentos visibles a simple vista. La detección temprana puede evitar la formación de cálculos renales mayores que pueden obstruir el tracto urinario y requerir intervención médica.
Uno de los mitos radiológicos más comunes en el ámbito de la radiología es que el ultrasonido es una herramienta confiable para diagnosticar la arenilla renal. Si bien el ultrasonido es una técnica no invasiva y ampliamente accesible, presenta limitaciones significativas en la detección de microlitiasis renal. La resolución del ultrasonido no siempre es suficiente para identificar los cristales más pequeños, especialmente aquellos menores de 3 milímetros, para litiasis renales superiores a los 5 mm hay acuerdo general que el ultrasonido en manos expertas es bastante confiable para su diagnoistico. Además, la presencia de gas intestinal o la obesidad del paciente pueden dificultar aún más la visualización precisa de los riñones.
Para un diagnóstico más preciso de la microlitiasis renal, los métodos de imagen más avanzados, como la tomografía computarizada (TC), son generalmente preferidos. La TC (urotac) ofrece una mejor resolución y puede detectar incluso las partículas más diminutas con mayor exactitud. La radiografía simple del abdomen también puede ser útil en ciertos casos, especialmente cuando se sospecha la presencia de cálculos de mayor tamaño.
El ultrasonido puede ser útil como parte de un enfoque diagnóstico más amplio, particularmente para evaluar la estructura renal general y descartar otras patologías. Ademas, los pacientes con síntomas de dolor de posible etiologia renal se ven muy favorecidos de un ultrasonido para descartar la presencia de dilatación en los riñones producida por posibles obstrucciones.
No se debe confiar exclusivamente en el ultrasonido para diagnosticar la microlitiasis yta que esto puede llevar a diagnósticos incorrectos o retrasados, subrayando la importancia de utilizar múltiples modalidades de imagen para obtener una evaluación completa y precisa.
Mitos Radiológicos – #3: La tomografía multicorte de 64 es mucho mejor que la de 16 para los estudios generales
La tomografía multicorte, también conocida como tomografía computarizada (TC) de múltiples detectores, ha revolucionado el campo de la radiología al permitir la adquisición rápida y detallada de imágenes del cuerpo humano. Sin embargo, existe una creencia común de que una tomografía multicorte de 64 cortes es siempre superior a una de 16 (o menos) para estudios generales. Este mito merece ser examinado con mayor detenimiento para comprender sus matices.
Las tomografías multicorte, ya sean de 16 o 64 cortes, funcionan mediante la adquisición de múltiples imágenes en secciones transversales del cuerpo. La diferencia principal entre estos dos tipos de tomografía radica en el número de detectores que capturan las imágenes. Un equipo de 64 cortes tiene más detectores en comparación con uno de 16, lo que permite obtener imágenes más detalladas en menor tiempo. Sin embargo, esta mayor capacidad de captura no siempre se traduce en una ventaja significativa para todos los tipos de estudios.
En los estudios generales, la calidad de imagen ofrecida por un equipo de 16 cortes suele ser suficiente para la mayoría de las necesidades clínicas. La diferencia en la resolución puede ser mínima y, en muchos casos, no afecta el diagnóstico. La cantidad de cortes adicionales en la tomografía de 64 se vuelve más relevante en estudios específicos que requieren alta resolución y rapidez, como en casos de cardiología o estudios vasculares complejos. En situaciones donde el tiempo es crucial, la tomografía de 64 cortes puede ofrecer una ventaja significativa.
Otro factor a considerar es la dosis de radiación y el costo. Las tomografías de 64 cortes pueden implicar una mayor exposición a la radiación, lo que debe ser evaluado cuidadosamente, especialmente en pacientes jóvenes o aquellos que requieren múltiples estudios. Además, el costo de operación y mantenimiento de un equipo de 64 cortes es generalmente más alto, lo que puede influir en la decisión clínica y económica.
La elección entre una tomografía multicorte de 64 o 16 debe basarse en las necesidades específicas del estudio y del paciente, considerando factores como la calidad de imagen requerida, la dosis de radiación y el costo. No siempre «más» es sinónimo de «mejor» en el contexto de la radiología.
Tengo pocas dudas acerca de que gran parte de la prevalencia de esta conducta dentro de los mitos radiógicos, se deba a las campañas de mercadeo y publicidad que se ejecutan para inducir a propios y extraños a la adquisición de equipos de cada vez mayor cantidad de cortes.
Mitos Radiológicos – #4: La radiografía de columna no tiene valor frente a la resonancia magnética
Existe una percepción generalizada de que las radiografías de la columna vertebral no aportan valor en comparación con las resonancias magnéticas. Sin embargo, esta creencia es un mito que merece ser desmentido. Ambos métodos de imagen tienen sus propias indicaciones específicas, ventajas y limitaciones, y pueden complementarse de manera efectiva en la práctica clínica.
Las radiografías de columna son una herramienta fundamental en la evaluación inicial de traumatismos. Su capacidad para identificar fracturas, alineaciones anómalas y cambios degenerativos de manera rápida y eficaz las convierte en un recurso valioso en situaciones de emergencia. Además, las radiografías son más accesibles y menos costosas que las resonancias magnéticas, lo que las hace más adecuadas para un primer acercamiento diagnóstico.
En el contexto de condiciones degenerativas, como la osteoartritis, las radiografías pueden proporcionar información crucial sobre el estado de las vértebras y los discos intervertebrales. También son útiles en el seguimiento de la progresión de enfermedades crónicas, permitiendo a los médicos evaluar cambios estructurales a lo largo del tiempo.
Por otro lado, la resonancia magnética (RM) proporciona una imagen más detallada y tridimensional de los tejidos blandos, incluyendo músculos, ligamentos y discos intervertebrales. Esto la convierte en una herramienta indispensable para la evaluación de hernias discales, compresiones nerviosas y patologías medulares. La RM es particularmente útil en casos donde los síntomas del paciente no se correlacionan claramente con los hallazgos de la radiografía, permitiendo una evaluación más exhaustiva y precisa.
En definitiva, tanto las radiografías como las resonancias magnéticas tienen roles específicos y complementarios en el diagnóstico y manejo de problemas de la columna vertebral. La clave está en utilizar cada método de imagen en el contexto adecuado, aprovechando sus fortalezas para ofrecer un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo.
Mitos Radiológicos – #5: Ante cualquier infección respiratoria hay que hacer una radiografía de tórax
La creencia de que es necesario realizar una radiografía de tórax ante cualquier infección respiratoria es uno de los mitos radiológicos que puede llevar a prácticas médicas innecesarias y a una exposición indebida a la radiación. Las infecciones respiratorias abarcan desde resfriados comunes hasta condiciones más graves, como la neumonía. Es crucial distinguir entre estas para determinar cuándo es realmente indicado realizar una radiografía.
Para infecciones respiratorias leves como resfriados comunes, bronquitis aguda y otras infecciones virales, las radiografías de tórax rara vez son necesarias. Estas condiciones suelen resolverse con el tiempo y el tratamiento sintomático, sin necesidad de una confirmación radiológica. Los síntomas suelen ser manejables y no suelen progresar hacia complicaciones serias que requieran un diagnóstico por imagen.
Por otro lado, en casos de neumonía o cuando se sospecha complicaciones serias, una radiografía de tórax puede ser esencial. La neumonía puede presentar síntomas más severos como fiebre alta, dificultad respiratoria y dolor en el pecho. En estos casos, la radiografía ayuda a confirmar el diagnóstico y a valorar la extensión de la infección, informando así las decisiones de tratamiento.
En todos los casos es desición del médico clinico la indicación del estudio y se considera una mala practica ceder antes las presiones de los pacientes que en esta era de la información acuden a internet para autodiagnosticarse y solicitar estudios que muchas veces no necesitan y que pueden revestir algun riesgo.
Las guías clínicas recomiendan evaluar cada caso individualmente, basándose en los síntomas y la historia clínica del paciente. Según la American College of Radiology, las radiografías de tórax deben reservarse para casos donde la información obtenida pueda cambiar el manejo clínico del paciente. Esta práctica no solo optimiza los recursos médicos sino que también protege a los pacientes de la exposición innecesaria a la radiación.
Otros Links de Interes
https://www.paracelsosagasta.es/blog/calculos-renales-sintomas-y-tratamiento
https://es.wikipedia.org/wiki/Radiografia de torax
